La última vez

Apenas pasó un año, parece que fue ayer. Pensar que la noche anterior no dormiste y le hablabas a todos de lo mismo. Fuiste a laburar derecho, ni apareciste por la escuela, empezaste la previa tempranito con los muchachos, sabías que lo que se venía era grande y lo querías vivir a pleno.

Quince años tuvieron que pasar desde esta tarde del 97 donde quisieron manchar la grandeza de esta camiseta, quince años sufriendo, llorando, renegando, prometiendo, pero siempre viniendo. Quince años inventando enfermedades con tal de escaparte para ir a la cancha, quince años donde equipos desconocidos vinieron y te robaron la ilusión en la cara, quince años de perder finales y octogonales, quince años donde vinieron jugadores que prometían curarte la herida y adentro de la cancha no movían las piernas, donde tuviste que aguantar ver a tu VILLA DÁLMINE jugando con otro nombre, y vos firme con tu lealtad contra viento y marea.

Hay que saber sufrir para gozar después y crees que ese sufrimiento no tiene fin, pero sí. ¿Hace un año, te acordás? La cancha repleta, los 90 minutos que parecieron una vida, te paraste en tu sector de siempre, Frattini, visitante o platea y por dentro sabías que esa tarde tenía que ser la de la vuelta, porque no se podía más, 15 años eran mucho sufrimiento para los que sentimos de verdad, la ciudad no hablaba de otra cosa, tenía que ser esa tarde… y fue. Viste a los jugadores dando la vuelta y miraste al cielo buscando a quien agradecerle por terminar con tanto calvario, lo abrazaste a tu abuelo o a tu viejo que te hicieron del viola y les agradeciste por haberte enseñado a amar estos colores.

Hace un año despertamos de la pesadilla, fue una tarde donde cantamos todos, hombres, mujeres, niños y abuelos. Tantas cosas se te vinieron a la cabeza, las veces que ataste tu bandera, las veces que fuiste de visitante, las veces que te infiltraste en tribunas locales, las monedas que juntaste para ir a cualquier lado sin importante contra quien jugaba, las veces que los resentidos te decían que el viola no quería ascender, las veces que lloraste por este amor.

Esta camiseta es grande, este club es muy grande para estar en la C, ahora que lo vemos en la B y desde nuestros humildes lugares, tenemos que hacer lo imposible para que esto no vuelva a ocurrir. Dálmine es mío, tuyo, es de TODOS y todos tenemos la obligación de participar con tal de hacerlo más grande. Estamos donde merecemos estar, por eso el 24 de mayo de 2012 tiene que haber sido LA ÚLTIMA VEZ que jugamos en la C.